Estudios para un retrato. Exposición realizada en febrero 2017 en Madrid Art Week. Espacio Ciento y pico

Miguel Caravaca emprende un viaje por el estudio de la figura humana centrándose en la interpretación del rostro como fuente inagotable de expresiones, emociones y estados de ánimo. Indagar en las caras le ofrece un medio natural de expresión de las necesidades y conflictos del cuerpo  ya que la fisonomía es el espejo de la psique humana, y el rostro es el territorio que contienen los cinco sentidos que nos gobiernan. Estas premisas se materializan a través del lenguaje pictórico abstracto de Caravaca, que incorpora diferentes elementos tamizados por el arte urbano y las influencias del cubismo,  para plasmar,  a partir de un mecanismo contemporáneo donde el color, la línea y composición centran su interés. Un lenguaje propio dotado de plasticidad y belleza.

Cada obra es un medio por lo que se extrae lo esencial del retratado, no solo como elemento representativo de la realidad sino también la materialización de lo intangible. Caravaca se sirve de una técnica propia por la cual se convierte en transmisor de sensaciones y se apropia por completo del retrato inicial de amigos y familiares dotándolo de un estilo colorista y personal, conjugando el dominio del dibujo con el profundo conocimiento sobre color, las líneas y las manchas texturizadas.

El trabajo que propone Miguel Caravaca es construido a partir de la búsqueda de las sensaciones pero siempre dotado de plasticidad y armonía que pretende encender en el espectador el mecanismo del disfrute estético, carente de narrativas ni mayores artilugios, para crear un espacio entre el instante de la percepción sensorial y el del mensaje universal de la belleza.